Panfleto 92

Panfleto 92

Solo con la fuerza de un pueblo que lucha se puede parar el fraude.
Igual que hace 30 años, para terminar con la dictadura, el acuerdo entre la derecha y la oposición, nos llevó a votar prometiéndonos que la alegría venía. La misma fotografía de todos ellos sentados frente a la prensa, abrazados, declarando que entendían los problemas de la gente y prometiendo otro Chile, la volvemos a ver por televisión, llamandonos a la paz, a tener paciencia, a volver a nuestras casas a esperar; es decir, a dejar de luchar, a dejar de protestar.
A través de los medios de comunciación, y con la colaboración de los mismos, nos han ido metiendo en la cabeza que la solución a todos los males esta en terminar con la constitución del 80, tratando de borrar el hecho de que el pueblo rompió su rabia contenida y salió a protestar no por una nueva constitución, sino por el costo de la vida y la dignidad negada, que debe sorportar a cada momento, desde que sale de madrugada para ir al trabajo, hasta cuando regresa tarde a su casa todos los días.  
En esta última semana han querido endosar la crisis al pueblo, diciendo que los chilenos están sufriendo por la violencia falta de tranquilidad, como si el pueblo no viviera una crisis permanente cuando intenta sobrevivir a las deudas, privados de igualdad y justicia, con el miedo al futuro, con perder el trabajo, con mido a coger una enfermedad grave, con la violencia diaria por la delicuencia y narcotráfico en las poblaciones y tantas otras más. Los únicos causantes del estado de pobreza del pueblo, son los mismos que otra vez nos quieren embaucar con su Pacto por la Paz y la Nueva Constitución, un traje a la medida de los poderosos.
Los únicos: que ahora están intranquilos y han perdido la calma de sus privilegios, son ellos, derecha  y oposicion, poruqe el pueblo ha estallado en las calles y ha amenazado con su fuerza incontennible su sistema, su democracia y su poder que quieren conservar, cual zánganos del Estado, usufructuando del trabajo de los trabajadores, mientras cuidan que los empresarios hagan sus negocios.
Cuando un Pueblo lucha y toma en sus manos el protagonismo en las calles, aprende lección. Eso tiene de cabeza a los enemigos del pueblo, que hasta hoy se sentaban cómodamente en los sillones del Congreso, y nos han demostrado claramente que entre ellos no hay diferecias cuando se trata de cuidar "Su Casa", ofreciéndonos un escrito que sutilmente le han llamado la "Casa de Todos". Incluso nos quieren obligar a votar por un SI, para legitimar a la fuerza una Ley que siempre ha sido letra muerta en materia de derechos de las personas, porque e Chile ni siquiera se nace con dignidad e igualdad de derechos.
A todos los revolucionarios, a las mujeres y hombres trabajadores, a los jóvenes, que en estas semanas han puesto su fuerza y sus gritos en cada esquina, a los que ni siquiera han tenido la libertad de gritaar, pero que entienden bien la desigualdad y sienten la necesidad de la rebeldía, los llamamos a no ser parte del engaño, y ponerse con toda acción y conciencia del lado del pueblo que protesta.
El pueblo no debe ser cómplice, tiene la oportunidad de negarse a esta nueva farsa de la clase dirigente que administra este sistema social, económico, político e ideológico, que admite las desigualdades y las injusticias.
Con ese discurso falso de que Chile Cambió, pretenden volver a legitimarse ellos y legitimar las mismas viejas instituciones que dominan y explotan a los trabajadores y a toda nuestra gente.
La manera de decirles NO a su fradulento acuerdo, es progundizar la naturaleza justa y válidad de la lucha que el pueblo ha desatado, intensificando la protesta, organizando asambleas populares donde el pueblo eleve sus propias demandas y no las demandas de esa clase política. Solo así se podrá avanzar hacía un futuro donde los cambios estructurales y revolucionarios puedan ser posibles.
Ni cabildos ni nueva constitución son la solución. Solo la revolución hará de Chile un país digno para el Pueblo trabajador.

GAP  Grupos de Acción Popular.